David de Miranda y «Barba Verde», tándem perfecto en el cierre de las IV Jornadas Taurinas de Nerva.

La localidad onubense de Nerva finalizó sus IV Jornadas Taurinas programadas por la Peña Cultural Taurina “José Sánchez Sanchino” con la presencia del matador de toros David de Miranda y el ganadero D. José Luis Pereda, en una charla coloquio bajo la denominación “La Merced, el último indulto”.

              El Museo “Vázquez Díaz” acogió a los muchos aficionados allí congregados para escuchar de viva voz de los protagonistas los entresijos de la histórica hazaña del de Trigueros con su oponente, Barba Verde, aquel 1 de agosto en la pasada Feria de Colombinas, en la celebración del 40 aniversario de la reinauguración de la Plaza de Toros “La Merced”.

              En una charla distendida y de mucha verdad, conducida de forma extraordinaria por el periodista taurino Emilio Trigo, David de Miranda afirmó que el indulto de Barba Verde marcó su temporada y su vida como torero. Enamorado del toro desde novillo, el diestro trazó su faena con conocimiento y entendimiento, con una perfecta conjunción equilibrada de exigencia entre ambos, dándose cuenta que lo que llevaba dentro aquel ejemplar era algo importante.

              Y esto fue así, porque sin necesidad de encerrarse con seis toros en una idea planteada por su apoderado y ganadero D. José Luis Pereda, que vislumbraba el éxito desde hacía un año, el pensamiento fue tomando forma como compromiso con su toreo y con Huelva. En palabras de su apoderado, era de mérito y justicia que David tuviera un hueco relevante en la Feria porque justo en la temporada anterior, venía triunfante legítimamente de dos tardes en Huelva.

              Por su parte, José Luis Pereda destacó que “el toro fue el que tuvo suerte por haber caído en las manos de David de Miranda”, y bajo la premisa de la responsabilidad, por ser además de apoderado y ganadero, el empresario de la plaza, se jugaba mucho en una tarde que verdaderamente recordará toda su vida. Y eso que fue un toro que, en palabras del ganadero, no hubiera llevado, sin embargo, el empeño del torero junto al mayoral, hicieron posible extremar los cuidados del animal, que sufrió varias incidencias en el campo, para que la pretensión saliera adelante.

               Todos los factores se dieron para convertirla en una tarde mágica, digna hasta de recogerse en un libro que se está elaborando en el municipio del diestro que redunda en una frase muy ilustrativa: “No hay Gloria sin Amargura”, aludiendo a la marcha procesional que sonó durante la faena con Barba Verde.

                 La sensibilidad del matador para contar a modo personal los sentimientos que profesó durante la lidia del de Pereda, impregnó a los allí presentes al relatar los pasajes de aquella histórica tarde: “Era el tercero de la tarde, sobreponerse al vacío después de entregarse de aquella manera y reponerse después de esa faena, es complicado”. Porque David de Miranda compite con él mismo, su compromiso es fiel a su afición e incluso para aquellos que no creen en él, dando una lección de superación con lo que todavía le quedaba por delante, añadiendo, “no soy torero de alardearme, pero me fui a la puerta de chiqueros para sacar el amor propio por la gente que tiene dudas. Lo principal es la competencia conmigo mismo para sacar lo mejor de mi y ofrecer cada temporada un David renovado”.

              José Luis Pereda ahondó en la dificultad que existe en el sistema empresarial para poder colocar a los toreros jóvenes que vienen empujando, no quedando más remedio que “ir dando golpes en la mesa”. Una reivindicación para su torero que “se lo gana cada tarde con el sudor de su frente y no perdona ni una”.

              Con la mente puesta en Madrid, siendo consciente de lo que se juega, De Miranda, en su afán de superación y con absoluta humildad añade que “de un año a otro no sirve lo anterior”. Los frutos de la temporada pasada deben recogerse, con dos indultos a sus espaldas, el de Huelva y el de Utrera, y 17 tardes cuajadas, David tiene por delante otra cita muy importante el sábado de Feria en Sevilla, junto a Roca Rey y a Cayetano, un cartel que le hace sentirse un privilegiado, siendo un momento soñado desde sus inicios como torero.

              Su apoderado adelantó que estando en el mes de marzo, el de Trigueros ya tiene firmados 14 o 15 festejos en la que es su novena temporada como matador de toros. Afrontando con mucha ilusión y responsabilidad por parte de ambos una temporada ilusionante, Pereda, fiel a Huelva para ofrecer a sus abonados una feria de relumbrón, confesó que “se me va la vida pensando en las Colombinas”. Adelantó en primicia que seguirán siendo seis festejos los programados para el 2025, con una novillada sin caballos para darle lugar a los nuevos valores del toreo junto a las ganaderías locales, una novillada con caballos, tres festejos mayores y una corrida de rejones. Como novedad, tiene en mente abaratar los costes de los abonos para aliviar los costes y fomentar la afluencia de público, así como destacó el cuidado en la elección del ganado para ofrecer lo mejor a su afición, así como su intención de dar cabida a todos los estamentos taurinos, ofreciendo sitio a lo noveles, a las figuras y al caballo, con nuevos nombres emergentes dentro del rejoneo.

              Por tanto, una entretenida y bonita tarde que, aunque desapacible en lo climatológico, hizo sentir el calor de la afición onubense hacia su torero en el que tiene puestas las ilusiones de triunfo, y en un joven ganadero, empresario y apoderado, que tiene las ideas muy claras y al que se le augura una buena andadura por su sinceridad y coherencia en los hechos que viene demostrando en su amplia carrera.

              Larga vida a Barba Verde, del que hierros importantes han obtenido pajuelas para su ganadería, y que, en la actualidad, totalmente recuperado, disfruta en la dehesa junto a su lote de vacas de la vida que se ganó. Y larga vida, por supuesto, a David de Miranda para conseguir lo que tanto se está ganando a pulso, temporada tras temporada y como argumenta en palabras propias, “dando motivos con la espada y la muleta”.

Crónica Rocio Molina Pineda. Fotos Pepe Plaza