De Justo, Roca Rey y Rufo salida a lo grande en Arles

Plaza de Toros de Arles (Francia)

Cuarta de la Feria de Pascua. Apuesta del peruano Roca Rey en el Domingo de Resurrección en Arles con un variado encierro de Jandilla, compartiendo cartel con Emilio de Justo y Tomás Rufo, llenaron los tendidos y no defraudaron, saliendo los tres a hombros.

Primer toro – “Heroino”, de Vegahermosa

A “Heroino” lo saludó Roca Rey con una verónica de mando y suavidad, parando al toro con maestría, ganándole pasos hacia los medios y rematando con una media de gran belleza. Una apertura de cartel que anunciaba el tono de entrega del peruano desde el primer instante.

El toro fue muy bien medido en el caballo por Sergio Molina, sin castigo excesivo, administrando con inteligencia la condición del astado. Brindó la faena al público, y se fue al tercio para comenzar la labor con un inicio a pies juntos, donde pasó al toro a milímetros de sus zapatillas, sin inmutarse. Un arranque de enorme quietud y exposición.

La primera tanda con la diestra sirvió para afianzar la embestida de “Heroino”, pero el aire, incómodo, comenzó a enturbiar la faena. Poco a poco, el toro fue perdiendo intensidad y yendo de más a menos en su recorrido. Por el pitón izquierdo, la faena tampoco encontró continuidad, y fue Roca Rey quien puso todo lo que el toro no tenía.

Con la voluntad intacta, remató la faena con una gran estocada en todo lo alto. Saludó una ovación desde el tercio.

Pitos al toro en el arrastre.

Segundo toro – “Conde”, de Vegahermosa

“Conde” salió al ruedo con violencia en sus embestidas, y Roca Rey lo recibió toreando a la verónica con mucho poder, imponiéndose desde el inicio. Remató con un lance a una mano que puso de pie a los tendidos.

En el caballo, el toro dejó muestra de su fiereza derribando a José Manuel Quinta. Tras el tumulto, Andrés se colocó el capote a la espalda y ejecutó un quite por gaoneras de infarto, templando al filo del caos. En banderillas, el toro mantuvo la violencia, apretando con peligro. El tercio, resuelto con solvencia y oficio, tuvo como protagonista a un gran Antonio Chacón.

Roca Rey brindó al público con gesto solemne. La emoción se palpaba. Se fue a los medios y comenzó la faena pasándose al toro por la espalda, desafiando las leyes de la física. La plaza, en pie. Con la derecha, la faena se tornó en una batalla vibrante, toro y torero entregados a una pelea sin tregua. Las tandas surgían ligadas en un palmo de terreno, en una simbiosis total. Desde el tendido alguien cantó “Sigo siendo el rey”, mientras la música acompañaba el momento.

Se echó la muleta a la zurda y toreó con una verdad descarnada. La mano enterrada en la arena, aguantando los arreones de un toro que no regalaba nada. No era fácil limpiar el muletazo al final, pero Roca Rey supo medir alturas y distancias con precisión de cirujano.

Qué derroche de poder y entrega ante la fiereza de “Conde”, dejándoselo llegar, parándolo a milímetros de la taleguilla. El epílogo llegó con una estocada casi entera, que puso en sus manos las dos orejas.

Un toro áspero que exigió todo… y un Roca Rey soberbio que se entregó sin medida.

Ficha del Festejo

Toros de Jandilla y Vegahermosa (2, 5), de variado juego.

Emilio de Justo, dos orejas / ovación

Roca Rey, silencio / dos orejas

Tomás Rufo, dos orejas / ovación con saludos

Incidencias.- Lleno en los tendidos