Escribano, cumbre en su encerrona de Tarifa.

Plaza de Toros de Tarifa

Manuel Escribano en solitario se encerraba en la plaza de toros de tarifa con motivo de sus 20 años de alternativa en su cuarenta aniversario. Capacidad, sacrificio, oficio y una enorme dimensión delante de la cara del toro, una tarde cumbre.

El primero de la tarde de La Palmosilla era el punto de partida de la tarde de Escribano ante los aficionados, donde el torero de Gerena mido y templo a su antagonista, recibiéndolo con una larga cambiada en el tercio. Una carta de intenciones para poner cara la tarde. Una faena medida para enjaretar a este primero de la tarde del que paseó una oreja.

El segundo de la tarde de El Torero, fue un toro exigente, enrazado y enclasado que puso a prueba la capacidad de Escribano, y no defraudó, de principio a fin, el compromiso, la raza y el buen hacer del sevillano, llevo por el camino del triunfo a Manuel. Una faena exigente donde no se podía perder la cara de su enemigo ni un segundo. Supo y pudo enjaretar una faena de mucho calado que llegó con fuerza a los tendidos.

El tercero de la tarde de Fuente Ymbro, bien picado por Manuel Jesús «Espartaco», quiso Manuel tener un detalle con la cuadrilla y compartió el tercio de banderillas con Curro Robles y José Luis Neiro, en los medios se fue para citarlo con un pase cambiado por la espalda y empezar a perfilar su faena. Fijeza y nobleza del de Gallardo para que se gustara Escribano, en una faena medida, que fue de más a menos. Se pudo gustar Escribano templando muy despacio la embestida del FuenteYmbro, que le faltó un final más vibrante.

El cuarto de la tarde de Carlos Núñez, abrochado de pitones que le costaba seguir los engaños y pegando cabezazos al capote que le mostraba Manuel. buen fondo desarrolló el de Nuñez en la muleta, que supo entender Escribano y formar una faena de mucha enjundia por ambos pitones, midiendo y templando su embestida, midiendo los tiempos y las tandas para exprimir a su antagonista, que seguía con celo la pañosa.

El quinto de la tarde de Joaquín Núñez, un castaño de bonita lámina al que recibió de rodillas para continuar a la verónica, sin continuidad por el desentendimiento del toro en los engaños. De rodilla y en redondo le puso plana la muleta Manuel para empezar a enjaretar su faena a este Cuvillo que con celo seguía el engaño, al natural pulseo al cuvillo par mostrarle el camino del éxito. Viveza, prontitud y fijeza eran las armas que presentaba el de Joaquín, mientras que Escribano presentaba firmeza, liderazgo y mando a cada tanda que planteaba a su enemigo. Una faena de muchos kilates.

El sexto de la tarde de Salvador Gavira, compartió el tercio de banderillas con Proenza y Neiro, más informal este sexto, con un molesto cabeceo que obligaba a Escribano a medir las tandas y perderle paso en cada muletazo. Nunca le perdió la cara y puso toda la carne en el asador para meterlo en la canasta.

Toros de La Palmosilla, El Torero, Fuente Ymbro, Carlos Núñez, Joaquín Núñez y Salvador Gavira, de buen juego en líneas generales.

Manuel Escribano, oreja / dos orejas / dos orejas / dos orejas / dos orejas / dos orejas y rabo

Incidencias.- Lleno en los tendidos de no hay Billetes. Sonó el himno nacional tras el paseíllo.