Fuente Ymbro: 30 años de pasión

Si hay algo que define a Ricardo Gallardo es su implicación por todo cuanto hace. Ese entusiasmo que contagia a todo el que está a su alrededor y que en la Tauromaquia tuvo su origen, allá́ por 1994 cuando, el día de la comunión de su hija compró sus primeros productos al recordado Borja Domecq. Tres décadas después, Fuente Ymbro es un fijo en las ferias de postín y un referente en la temporada madrileña, donde cada año destaca tanto por la cantidad como por la calidad de unos productos criados y seleccionados con mimo y pasión.

Desde su retiro gaditano de “Los Romerales”, mientras prepara una temporada 2025 que ya se divisa en lontananza, y con la memoria aún fresca de lo vivido en los últimos meses en este ruedo, el propietario de Fuente Ymbro desmenuza lo que guarda en su memoria en torno a los animales que se jugaron el curso pasado en nuestra plaza. “Hemos lidiado cuatro festejos, dos corridas y dos novilladas, y hemos tenido la gran suerte de que en San Isidro salieran unos pocos de toros muy importantes, como el lote de Román y un toro de El Fandi”, explica para comenzar Ricardo Gallar- do. “Después -prosigue- la novillada también me dejó muy satisfecho… porque en Madrid, que tengas la suerte de que te aplaudan de salida y a la recogida los seis animales… no es una cosa que por desgracia se vea muchas veces, y en esa corrida y en esa novillada pasó eso. El espectáculo que se montó… y la forma en que salió todo el mundo contento y todo eso… y después salimos triunfadores de la Feria”.

Luego volvió otra vez a Otoño, repitiendo con corrida y novillada…

Ahí estuvo Roca Rey extraordinario. Tuvo la mala suerte de la cornada, pero si no le hubiera dado la voltereta hubiera abierto la Puerta Grande, porque con ese toro estuvo sensacional… después el lote de Ureña, el primero salió muy paradito y muy noble, pero el cuarto sí me gustó mucho. Y al de Víctor Hernández, que le cortó la oreja, le faltó meter la cara, pero se movió de un modo noble y muy bien.

Hay otros ganaderos que les asusta Madrid o miden su presencia en Las Ventas, pero usted nunca rehúye esta plaza.

No, no, no. Me asusta ¿eh? (Risas), a lo mejor más que a ellos. Me asusta pero no la rehúyo Si no estas, que sea porque no tienes toros para venir, pero si los tienes, en Las Ventas hay que estar. Es la plaza más importante del mundo y hay que estar ahí́ las más veces que se pueda. El récord lo tenemos, creo que fue al año siguiente de la pandemia, con ocho espectáculos y medio en esa temporada, y en la siguiente seis. Esta última hemos lidiado cuatro y la que viene estaremos ahí cuatro tardes de nuevo.

¿Y cómo se consigue, primero tener tanto animal apto, con el trapío de una plaza tan exigente en los reconocimientos, y luego mantener esa regularidad en el comportamiento, y además con embestidas tan diferentes? Porque han sido toros buenos, pero no iguales…

Yo no he sido de redondear siempre con los mismos sementales. Nosotros el 99% de las veces que llevamos corridas de toros a Madrid, vamos con cinco o seis padres distintos. Este año mismo se me dio una cosa en Bilbao, que tuve que llevar diez toros, porque me pidió la empresa que dejara algún toro más, porque les hacía falta, y llevamos diez toros de diez padres distintos. Nosotros no redondeamos mu- cho… siempre busco abrir mucho la ganadería, con muchos sementales. Entonces ahí, tanto los padres como las madres tienen ese tipo de trapío, porque al final lo que buscas es un toro muy rematado y con unas caras de Madrid, que eso no es fácil.

Llama mucho la atención la gran cantidad de sementales que maneja.

Sí. (Risas). Eso hay que ser un enfermo para esto. Esta temporada he bajado algo, me parece que me he quedado en 56, pero las dos o tres últimas temporadas pasaban de 64 o 65.

Prácticamente es una camada de toros de saca…

Sí (Risas). Lo que es, es una ruina tener tantos sementales, pero bueno cada uno tenemos unos caprichos y una forma de entender esto y lo intentas llevar a cabo como uno quiere.

¿Qué es lo más importante para conseguir tener animales con tanta variedad y tantos matices en sus embestidas?

Hay un refrán que dice: lo poco agrada y lo mucho cansa. Entonces, en el toro, con sus características, es lo mismo… y luego, como yo soy muy propenso a tener muchas líneas… Las líneas mismas de lo que hemos cogido nosotros de lo que es encaste Jandilla. Hay que mantenerlas, seguirlas, y a cada semental hay que sacarle sementales. No puede acoger un semental que no vaya a dejar algún hijo de descendencia. Porque para eso están las reatas. Nosotros creemos mucho en ellas y nos movemos en esa línea.

¿Y las madres? ¿Son menos determinantes que los sementales?

No, no. Lo mismo. Una ganadería está buena, buena, buena cuando un tanto por ciento grande de las madres está dando productos homogéneos. Las madres marcan lo mismo que puede marcar el semental, lo que pasa que el semental marca en la temporada con 20 productos, 22 productos, entre machos y hembras, y las hembras no marcan nada más que uno, pero claro que hay que contar con ellas. Porque ten en cuenta que los sementales salen de una hembra…

¿Tener una camada de toros con ese trapío le obliga a quitarse mucho producto de novillos y erales?

Sí. Quito además porque yo he apostado siempre también por las novilladas, y en esa criba entra además el toro que después va a una plaza más chica. Entonces este año fueron once corridas y creo que siete novilladas. Y también lidio novilladas en plazas de segunda.

 FUENTE YMBRO Y LAS VENTAS

Usted adquirió antigüedad en Las Ventas con una novillada a principio de la temporada 2002. En aquel festejo empezó́ a estrecharse su relación con esta plaza. Triunfó Javier Valverde…

Sí. Además, llevamos una novilla- da que era un corridón de toros. La torearon también Leandro y Andrés Palacios, que acababa de debutar con caballos… Aquella novillada se movió y Valverde estuvo muy bien, efectivamente. Cortó una oreja y si llega a matar al segundo sale por la Puerta Grande.

Y luego, a las pocas semanas, le echó una novillada entera a César Jiménez en su despedida de novillero. Allí ya le dan la vuelta a un novillo…

Sí. Seis novillos para él solo, y estuvo extraordinario. Salió́ en hombros y cortó unas pocas de orejas. Le dieron la vuelta al quinto. Era una novillada hecha para Nimes de corrida de toros en septiembre, y entonces Simón, que apoderaba
a César, me dijo: “Hay que llevarla a Madrid para que la lidie Jiménez”
y la trajimos a Las Ventas. Y César estuvo muy bien, muy bien con ella.

Hay quien dice que de corrida de toros le costó más entrar en Madrid pero, sin embargo, el primer cuatreño que lidió en Las Ventas, el de la encerrona de El Juli en 2003, segura- mente, sea de los mejores que haya lidiado en esta plaza…

Ese fue extraordinario. Ese es el toro que uno sueña y quiere en Madrid. Cómo le robaron la segunda oreja… Lloraba ese día El Juli allí como un niño chico, porque además estuvo cumbre. Se encaró un poco con el 7, que llevaban toda la tarde metiéndose con él, le echó cojones a aquello, se puso a torear al natural… y allí rompió todo el mundo. Le pegó una estocada, le pidieron las dos orejas y se empeñaron en darle nada más que una. Ese toro ya estuvo en la novillada de Jiménez, lo que pasa que era más fuerte y lo dejaron de sobrero. Sí. Se llamó “Hechicero” y de verdad que fue de revolución.

Luego vinieron las puertas grandes de Perera y Urdiales… de Alarcón como novillero, la de Jarocho este año…

Y más. Rufo, por ejemplo. Y por la espada hemos perdido unas pocas de puertas grandes también. El día de Urdiales que fue una Puerta Grande rotunda, extraordinaria. Cortó tres orejas y formó un lío muy gordo. Octavio Chacón ese día también estuvo muy bien.

De todas estas corridas que estamos hablando… ¿Cuál sería la mejor? O dicho de otro modo… ¿Qué es lo primero que le viene a la mente de todo lo que ha lidiado en Madrid?

El toro así primero que se me viene a la memoria puede ser el de El Juli que hablamos antes. Después ha habido toros que fueron importantes. ¿Te acuerdas el mismo toro de Ureña?… fue de lío muy gordo. El de Perera de la Puerta Grande también… uno de David Mora el día de Urdiales, que ese fue uno de los toros que más me han gustado a mí en Madrid… lo que pasa que ese día no le dejaron ni ponerse. Se le pusieron en contra y lo aburrieron. Ese toro a mí me encantó. Lo que pasa que nadie se acuerda porque Urdiales cortó tres orejas ese día y estuvo fenomenal. Y Perera estuvo bien unos cuantos de días con toros nuestros aquí. A Tejela también un día le eché uno muy bueno, muy bueno, que toreó con Uceda y Curro Díaz. Esa corrida también fue muy buena.

Y el toro de la encerrona de Perera en 2008, que lo acabó matando el sobresaliente Saleri…

Sí señor. Tuvo mala suerte el toro. Ese toro estaba puesto en quinto lugar. Y como echaron uno para atrás, fueron corriendo turno… se quedó para lidiarlo en sexto lugar y como el quinto lo volvió a coger, ya no pudo torearlo. Si lo hubiera cogido Perera le forma un lío muy gordo, muy gordo.

Y con todo este rosario de éxitos… ¿Qué le queda por conseguir en Madrid?

Seguir con la línea que llevamos y en vez que salgan dos toros buenos en cada corrida, que salgan tres o cuatro…

TREINTA AÑOS CON JANDILLA

Cuando decidió́ hacerse ganadero, ¿siempre tuvo claro que tenía que ser con simiente de Jandilla o lo que pesó fue su relación con Borja Domecq?

Me gustaba mucho. Era muy amigo de Borja, tuve la suerte de ser un gran amigo suyo y de la familia, y ahí́ empezamos. Porque yo me tiré… Borja me tuvo retenido un poco de tiempo, no quería que me dedicara a esto, porque me decía que era muy complicado. “Tú disfruta con Jandilla y déjate de…” me repetía siempre… el primer día que le compro unas vacas y unos sementales fue en la primera comunión de mi hija…hace 30 años ya de eso.

¿Entonces nunca pensó en otro origen?

No. Nunca. Ni tampoco he metido nada que no sea Jandilla. Nada en todo este tiempo.

¿Qué es lo que más aprendió́ de Borja Domecq, ganaderamente hablando?

Hemos pasado muchos años los dos juntos, yo preguntando y él contestando… nos hemos pasado ahí́ horas muertas dando vueltas, viendo animales y hablando de toros. Yo era uno más en su casa y en mi casa él era uno más igual. Lo que pasa es que yo siempre le decía que a mí me gustaba un toro con carácter. Y dentro de los que hemos salido del encaste de Jandilla cada uno ha ido buscando lo que le ha gustado a cada uno. Entonces hay gente que le ha gustado ese carácter o le ha gustado otra forma de embestir. Y el toro de Jandilla tiene una base tan buena, tan buena, tan buena que deja un poquillo acomodarse a cada uno a más o menos lo que va buscando.

Y por último, desde su experiencia, ¿qué le diría a un ganadero que va a debutar en Madrid?

Le diría que no piense que es muy listo si ha triunfado, ni muy torpe si ha pegado un petardo. Cuando vas a Madrid, unas veces sale uno tropezado y otras veces sale engloriado. Y uno no es un dios cuando triunfa ni es muy torpe cuando fracasa.