El 17 de junio de 2017 se pararon los relojes de Orduña. Uno de sus hijos más relevantes en los últimos años dijo adiós. Iván Fandiño fue cogido mortalmente por un toro en la plaza francesa de Aire Sur l’Adour, un repentino y trágico final para la vida de un orduñés que encontró su sentido en el toreo.
Iván, que nació en Orduña en 1980, se caracterizaba por ser un luchador desde edad temprana. Inquieto y persistente en sus aficiones, destacó ante sus paisanos en disciplinas tan variadas como la pelota a mano, donde lideró una generación en el frontón que llevó a su localidad a puestos de privilegio en el territorio vizcaíno, o en la música, con su habilidad para alternar el txistu con la interpretación de danzas.
Pero su tenacidad le llevó a triunfar en la disciplina que más dificultades le planteó: el toreo. Y precisamente ahí es donde su personalidad fraguó al denominado león de Orduña, como a él le gustaba decir.
Iván colocó a Orduña en el mapa taurino y lo llevó a lo más alto el día que cruzó en hombros la Puerta Grande de Las Ventas de Madrid, el día que alborotó los tendidos de los sanfermines pamplonicas o en sus triunfos americanos al otro lado del Atlántico.
Había triunfado un hijo de Orduña, que siempre llevó el nombre de su ciudad natal allá por donde fue. Nunca se dijo de otro lugar, siempre de Orduña, que resonó en toda la Península, Francia y buena parte de la América taurina por el brillante oficio de un torero llamado Iván Fandiño en los carteles; esa Orduña de míticas gestas ciclistas en la tardía posguerra volvió a estar en boga por un torero que con su raza y coraje revitalizó la fiesta.
Francia, que lo acogió como un emblema de su forma de entender la fiesta brava le vio marcharse para siempre de los ruedos, pero en su localidad natal siempre seguirá presente el hombre que desde su ilusión y esfuerzo llevó el nombre de Orduña por todo el mundo y una forma de entender la vida llena de valores que enorgullecen a una ciudad.
Por todo ello la ciudad de Orduña quiere rendir un sincero homenaje a nuestro embajador en el que tendrán cabida diversos actos en torno a su figura y colocando una escultura en un lugar prominente de la ciudad para que su recuerdo perdure en el tiempo.