En la Vega Larga por José Luis Trujillo del Real
Había expectación por ver a Morante en el sur, tras sus 50 días de retiro y tras su triunfal vuelta norteña, entre Santander y Azpeitia, y aunque desgraciadamente la espada no entrara a la primera no se puede negar que el genio ha vuelto fomentando más su faceta de torero que de artista.
Vemos a Morante más dispuesto que nunca, que no hay mejor terapia que torear y así sale con una actitud que recuerda la de los años siguientes a la pandemia, cuando no tuvo reparo alguno en tomar de verdad el cetro del toreo.
Y así ha vuelto, mas torero que cuando se fue, dejando quizás al artista en otro punto, templando embestidas imposibles y haciendo orfebrería con sus muñecas. Huelva no ha sido una excepción, y si la espada no hubiera marrado en sus dos toros, quien sabe si no hubiera llegado a salir a hombros por la Puerta Principal de la Merced. Lo que si está claro que cuando la gente salía de los toros, por los alrededores de la Vega Larga sólo se comentaba como había toreado esta tarde Morante de la Puebla.