Miguel Ángel Perera ha abandonado ya la Clínica Quirón de Zaragoza después de recibir el alta hospitalaria por parte del doctor Carlos Val Carreres, una vez comprobado el buen estado de la herida de su pierna derecha tras la intervención quirúrgica a que fue sometido la noche del pasado domingo. El extremeño fue operado de una «herida por asta de toro a nivel de la unión del tercio medio-inferior de la cara posterior del muslo derecho con orificio de entrada de siete centímetros y dos trayectorias: una ascendente de veinte centímetros que dislacera fibras de los músculos isquiotibiales y otra externa de cuatro centímetros, que se pierde en el tejido celular subcutáneo». Desde entonces, su evolución ha sido “buena”, como así atestigua que “en ningún momento haya tenido fiebre”, según el doctor.
A su salida de la Clínica Quirón de Zaragoza, Miguel Ángel ha agradecido “su exquisita atención” al equipo directivo y médico del centro hospitalario y se ha acordado muy especialmente de su compañero Mariano de la Viña, que, por fortuna, evoluciona también dentro de la gravedad en la UCI tras el durísimo percance sufrido también el domingo en la última corrida de la Feria del Pilar. Perera reconoce que la evolución de Mariano es lo que más le ha preocupado y le sigue preocupando estos días y ha seguido el transcurso de las horas estando muy cerca de la familia del banderillero manchego para arroparles y acompañarles en la esperanza de su recuperación. En este sentido, ha afirmado que “los toreros no tendremos nunca cómo agradecer a los cirujanos taurinos lo que hacen por nosotros. Que exista gente como el doctor Val Carreres es una bendición y nuestra mayor tranquilidad”.
Miguel Ángel Perera descansará ya en su casa en Olivenza y proseguirá con su recuperación total de cara a su viaje a Lima en los primeros días de noviembre para tomar parte en la Feria de Acho, donde está anunciado el 10 de noviembre junto a Paco Ureña y Joaquín Galdós con toros de La Viña, El Olivar y Santa Rosa.