Miguel Ángel Perera ha recibido esta tarde el alta hospitalaria en el centro Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla, donde quedó ingresado anoche tras ser atendido en primera instancia en la enfermería de Real Maestranza de Caballería de la cornada que le propinó el sexto toro de la tarde de ayer. El diestro extremeño ha pasado la noche con intensos dolores y mucha incomodidad, pero, tras la evaluación de la herida realizada por los doctores y dada su buena evolución, viaja a su casa en Los Cansaos, en Olivenza, donde tendrá que guardar reposo absoluto, al menos, durante diez días.
“Me encuentro muy dolorido y molesto porque la afectación muscular ha sido importante y se trata de una zona esencial para tantos de nuestros movimientos, pero agradezco poder seguir con la recuperación en casa. Además, es la mejor señal de que la evolución es buena”, explica el propio Perera. El torero reconoce que, “le he dado muchas vueltas al percance toda la noche. El toro me pisó y me desequilibró, me dejó a su merced y sin posibilidad de escaparme. Noté la cornada y me asusté por la zona. El dolor fue muy intenso, pero sentía que estaba cuajando el toro y no podía permitir que la tarde se me escapara. Pero el toro cambió a partir de la cogida, ya no fue el mismo y, aunque lo intenté, no me dio más opciones”.
Perera agradece las muestras innumerables de cariño y de interés que ha recibido en las últimas horas “de tantos compañeros, ganaderos, empresarios, medios de comunicación y aficionados. Gracias a todos de verdad. Ahora quiero recuperarme bien por lo delicada que es la zona de la cornada y para seguir a tope en una temporada que es muy importante para mí”, reconoce el torero extremeño.