San Miguel y Ramón Valencia.

Apuesta atrevida a sabiendas de que los ingresos en taquilla y a pesar de la ayuda televisiva serían escasos y por ende habría que añadir el porcentaje angosto por el Covid, Ramón Valencia acertó de pleno en relación a la irregular respuesta de público, los tres o cuatro no hay billetes, tiempo tendrá la empresa Pagés para examinar sigilosamente las pérdidas contraídas por la osadía de bien de arriesgar sin ánimo de lucro y por apostar por la fiesta de los toros, tiene nombre y apellidos, Ramón Valencia.  

Y el cuadro de honor, con Morante de la Puebla, asentado, fue el que mantuvo el serial, relevante toda la feria, faena de arrojo y de encantos, dos orejas y merecedora de Puerta del Príncipe, torería sublime del de la Puebla del Río, Emilio de Justo confirma el puesto de privilegio, dos orejas a un Victorino de teclas, Diego Urdiales, dos orejas de inspiración absoluta a un enclasado Garcigrande, torea el riojano en Sevilla como en el descanso de su casa y Manuel Escribano, demuestra en la miurada, el toreo fundamental, pausado y templado, faena en conjunto merecedora de los máximo honores.

Capítulo especial  el manejo capotero y distinguido de Juan Ortega resultando unas verónicas preñadas de un temple colosal del torero sevillano, además realizó en conjunto un serial notable de formas y fondos, Daniel Luque, corrobora un momento expectante, sube tres escalones de una tacada, Roca Rey, Manzanares y Juli, a la altura, Perera, sin suerte pero responde, Pablo Aguado y su maldito menisco, decepcionantes  Ferrera y Ureña a pesar de la oreja del murciano, Fandi y Serna desapercibidos, Hermoso de Mendoza hijo abrió la puerta del Príncipe con un toreo colosal a caballo, con un solo pero, el atuendo que llevaba el de Estella no pega ni con cola, el traje de corto es mucho más estético para festejar la salida por la puerta del toreo.

En el capítulo ganadero las corridas de Victorino Martín, la más entipada del ciclo junto a la de García Jiménez y Garcigrande, alguno suelto de Miura, por contra Juan Pedro Domecq y Fuente Ymbro decepcionantes en juego y deficientes en presencia. En las novilladas, Manuel Perera destacó con la del Parralejo y en menor proporción Calerito con la de Rocío de la Cámara.

Artículo de opinión de Alfonso Leandro.