Toreros de ayer. Antonio Batalla, un torero de categoría, Parte (II).

Artículo de Vicente Parra Roldán

Tardó en torear en el año 1.962 y tan sólo lo hizo en la novillada de Colombinas, celebrada el 5 de agosto, compartiendo cartel con Florencio Pérez “El Onubense” y Jesús Abril para lidiar erales de Montero de Espinosa, que resultaron difíciles. Batalla luchó contra los elementos y, al concluir con cada uno de su lote, fue largamente aplaudido por lo que fue obligado a dar la vuelta al ruedo para agradecer dichas ovaciones.

El 8 de septiembre de 1.963 fue una fecha importante en la historia taurina de Antonio Batalla pues ese día debutó con caballos, alternando con Ramón Montero “Maravillas” y Pablo Gómez Terrón, ante utreros de Fernando de la Cámara. Recibió a su primero con una larga cambiada y tres verónicas majestuosas y, con la muleta, le realizó un buen trasteo hasta que fue volteado, bajando la faena que culminó mal con los aceros, por lo que fue avisado. Pese a ello, la ovación fue tan grande que tuvo que dar la vuelta al anillo, aunque los tendidos protestasen a los miembros de la cuadrilla por el poco apoyo ofrecido. Esto le afectó mucho y, en el que cerró plaza, estuvo descompuesto y sin que nadie le orientara. Fue avisado y los tendidos no se pronunciaron. Cal y arena en una jornada tan esperada por el torero.

Antonio estuvo un largo período sin torear en su tierra y hasta el 18 de abril de 1.965 no vuelve a pisar la arena del coso capitalino. Lo hizo junto a Rafael Astola y Paco Cantero para lidiar novillos de Joaquín García Valdecasas. Gran tarde del torero onubense que totalizó tres orejas, saliendo triunfalmente por la puerta grande y, de nuevo, con el beneplácito de la afición.

Ese triunfo le sirvió para actuar en la novillada de Colombinas junto a los dos novilleros punteros de la temporada, Andrés Torres “El Monaguillo” y Francisco Rivera “Paquirri” para lidiar reses de Diego Puerta. Si Antonio hubiera tenido suerte con los aceros, el triunfo hubiera sido de apoteosis pero falló y todo quedó en dar dos vueltas al ruedo en su primero y otras dos en el cuarto ante la negativa del palco presidencial a conceder trofeos.

Volvió a su plaza el 8 de septiembre, actuando junto a Pablo Gómez terrón y José Luis Capillé y ganado de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas. Tras lucirse con el capote, Antonio, con mucha quietud, realizó una faena vibrante y muy torera a base de redondos y naturales, para dejar media estocada. Fue premiado con las dos orejas y paseó dos veces el anillo para agradecer las ovaciones. En el otro recibió una espeluznante cogida pero mantuvo su tranquilidad y dominio, culminando de un estoconazo, dos pinchazos y un descabello. A pesar de no estar atinado, fue galardonado con una oreja y, de nuevo, paseó en dos ocasiones el ruedo. En la enfermería fue asistido de un puntazo corrido en el hemitórax derecho y de diversas contusiones, calificadas  de pronóstico leve, que no le impidió salir a hombros por la puerta grande.

Otra tarde para el recuerdo fue la del 10 de abril de 1.966, día en el que actuó junto a Pepe Luis Segura y Fernando Rodríguez “El Almendro” con reses de Clemente Tassara. Antonio cortó una oreja a su primero después de pasaportarlo de un pinchazo y media estocada. Pero, cuando realizaba un quite al tercer novillo, fue arrollado aparatosamente, siendo trasladado a la enfermería donde fue asistido de una herida en el tercio medio de la cara anterointerna del muslo derecho, con dos trayectorias, una hacia debajo de veinticinco centímetros de extensión, con desgarro de abductores y vasto interno, y otra hacia arriba que desgarra por completo la arteria femoral profunda y colaterales. Gran hemorragia e intenso schok traumático, siendo calificado su estado como muy grave. Durante la intervención, que duró más de una hora, se le hizo una transfusión de 800 cc de sangre total.

Afortunadamente, el torero se recuperó pronto y el 31 de julio retornaba a su plaza para actuar con Maldonado y Calerito ante utreros de Eloy Jiménez Prieto. Batalla realizó una faena a base de derechazos, naturales y molinetes para dejar una estocada atravesada, un pinchazo y un descabello, recibiendo muchas palmas. En el otro, faena por naturales, resultando cogido y, tras reponerse, continua su labor con rodillazos y molinetes para media y descabello. Hubo petición de oreja, paseando el ruedo.

La falta de oportunidades había ido desmoralizando al torero y sus actuaciones se iban dilatando en el tiempo. Hasta el 8 de agosto de 1.967 no volvió a actuar en su tierra y lo hizo con Juan Luis Llanes “El Calañés” y Curro Camacho ante reses de Manuel García Fernández Palacios. Pese a estar desentrenado, Antonio sacó pases buenos aunque no ligó faena y su tenacidad chocó con las condiciones del burel. Se le concedió una oreja que el torero, consciente de su actuación, no aceptó y dio la vuelta al ruedo. Con el otro, muchos deseos y grandes dudas en una actuación fría y sosa, acertando a matar al último novillo que mató en su tierra.


Pie de foto: Triunfal vuelta al ruedo del ganadero Diego Puerta junto a El Monaguillo, Paquirri y Batalla

Poco después decidió abandonar los ruedos, aunque ayudó a muchos jóvenes aspirantes y, de manera especial, a su sobrino Manuel Suero “Batalla II”. Encarriló su vida por los negocios y tuvo comercio en Huelva y Sevilla hasta que el 7 de diciembre de 2.016 falleció, víctima de un ataque cardíaco, en su residencia de Punta Umbría.

Descanse en paz un torero que, en su época, fue de categoría, ganándose la admiración de la afición onubense que aún recuerda sus maneras.