Toreros de ayer: Antonio Molina Periañez.

Novillero onubense surgido a mediados del pasado siglo y que inició su trayectoria taurina en los festejos de promoción organizado por el diario ODIEL y que, posteriormente se haría banderillero y realizaría largas temporadas en la región catalana en la que se estableció para torear más festejos.

Hizo su debut en Huelva el 2 de julio de 1950 en un festejo en el que hicieron el paseíllo Antonio Rengel, Juan Pérez Recio, Antonio Esperón, Francisco Núñez Andújar, Joaquín López y el citado Periáñez para lidiar reses de Gerardo Ortega Sánchez. En esa ocasión Periáñez recibió varias volteretas, pero también demostró valor, ganándose las ovaciones del público.

Este triunfo le sirvió para actuar en una nocturna el 15 de julio junto a Manuel Torres, Antonio Chamaco, Juan Pérez Recio, José Vela y Carlos Meca en la que de nuevo se ganó las ovaciones del respetable.

Sin embargo, no volvió a pisar el albero onubense hasta el 3 de febrero de 1952 en un festival a beneficio de las obras del Santuario de la Virgen de la Cinta en el que actuaron Miguel Báez Litri, Joselito Romero, Juan Pérez Recio y Antonio Molina Periáñez. Los novilleros lidiaron reses de Gerardo Ortega. Periáñez puso mucha voluntad y valentía, matando a su enemigo con rapidez, siendo aplaudido.

Volvió a hacer el paseíllo el 11 de mayo de 1952 para lidiar erales de Julia Cossio junto a José Gómez Vélez, Aníbal Oliveira, Manuel Risueño y Rafael Carbonell. Puso mucho valor con la muleta, haciendo un toreo de cercanía, exteriorizando valor que le valió para cortar las dos orejas y salir a hombros junto a Rafael Carbonell, triunfador del festejo.

El servicio militar le cortó la carrera y solo pudo torear por algunos pueblos hasta que el 5 de agosto de 1956 volvió a hacer paseíllo junto a Manuel Morales “Quitín” y Juanito Vázquez para lidiar reses de Tomás Prieto de la Cal. Periáñez estuvo desenvuelto y seguro. Fue ovacionado en el primero y le cortó las orejas a su segundo siendo además ovacionado en el que mató por cogida de Quitín.

Ese mismo cartel se repitió unos días más tarde, el 19. En esta ocasión Periáñez no tuvo material por lo que su actuación no llegó a entusiasmar. Para colmo tampoco estuvo lucido a la hora de utilizar los aceros y los tendidos guardaron un respetuoso silencio.

La última actuación conocida se produjo el 9 de noviembre de 1958, fecha en la que hizo el paseíllo junto a Diego Hurtado “Cartujano”, Antonio Muñoz Batalla y el becerrista Manuel Campo para lidiar reses de Dolores Martín Carmona. En esta oportunidad Periáñez estuvo lucido con capote tanto con la muleta, pero sin llegar a brillar con la espada por lo que fue ovacionado.

Posteriormente trasladaría su residencia a Barcelona y tuvo la oportunidad de actuar en algunos festejos hasta que definitivamente, decidió tomar las banderillas y hacerse un buen subalterno, actuando en numerosos festejos en la región catalana que, por entonces, organizaba muchos espectáculos taurinos.

Artículo de Vicente Parra Roldán.