Toreros de ayer: Francisco Ponce «Currito».

Artículo de Vicente Parra Roldán.

En esta ocasión nos ocupamos de un joven torero que pasó por la Monumental Plaza en dos etapas muy diferentes y en las que careció de la fortuna necesaria para haber logrado el éxito que le catapultara al estrellato. Nos referimos a Francisco Ponce “Currito”, que hizo su presentación en una novillada celebrada el 15 de julio de 1.974.

En aquella ocasión, el cartel estuvo formado por José Miguel García Medina, Miguel Conde, Urbano Corbacho. Rafaelito Ruiz y Currito para lidiar erales de José García Cebada. A pesar de mostrarse muy verde, Currito puso de manifiesto empaque y hechuras, impropias de un joven como él. Estuvo muy tranquilo y toreó con mucho arte y tranquilidad, aunque falló con los aceros, algo lógico, y se ganó una merecidísima ovación y la admiración de los aficionados.

Por las circunstancias del toro, Currito estuvo un largo período de tiempo sin volver a pisar el albero onubense y tuvo que aguardar la tarde del 5 de octubre de 1.980 para intervenir, junto a Manuel Suero “Batalla II” y Emilio Silvera en un festival en el que se lidiaron astados de diversas ganaderías comprovincianas. En esta oportunidad, Currito supo vencer las dificultades que opuso su primer eral, al que logró sacar pases de mucha estima pero, de nuevo, erró con los aceros y todo quedó en una gran ovación. Sin embargo, se desquitó en el otro, al que le cuajó una gran faena que le sirvió para lograr las dos orejas.

Este éxito le valió para actuar en la apertura de la siguiente temporada, el 18 de junio de 1981, en un mano a mano con Batalla II lidiando astados de Abilio Hernández Jiménez. La suerte no acompañó a Currito que, tras lancear al que abrió plaza, le enjaretó una aceptable faena de muleta superando las asperezas del animal, pero, al entrar a matar y dejar un pinchazo, sufrió una lesión en el hombro que le dejó sin fuerzas y no pudo acabar con el astado. En la enfermería se le apreció una luxación en el hombro derecho con la amenaza de volverle a repetir, como así sucedería en el otro, con el que empezó a muletear con arte pero, ante los fuertes dolores del hombro, tuvo que dejar a Batalla II que acabase con el animal y, apesadumbrado, volvió a la enfermería para tratarse de esta antigua lesión que, mal curada, se le reprodujo.

Volvió a actuar en la primera de Colombinas, el 31 de julio, junto a Batalla II y Emilio Silvera con erales de Abilio Hernández. Lanceó bien a su primero al que le instrumentó una buena faena, superando las rachas de viento, dejando un pinchazo y varios descabellos, sonando un aviso antes de dar una aclamada vuelta al ruedo. Sabor y clase en la faena al otro, al que cuajó con la mano derecha con la que ligó magistralmente. Pero, de nuevo, el mal uso de la espada hizo que sonara un aviso. Gran ovación del público pero Currito no quiso pasear el anillo y saludando desde el tercio.

Cuando parecía abrirse una época dorada para los jóvenes toreros onubenses llegó el cierre del coso, cortándose la prometedora trayectoria de Francisco Ponce “Currito”, un torero que mereció mayor fortuna en su corta carrera.