Toreros de ayer: José Luis Capille

Novillero nacido en La Palma del Condado y que tuvo buen ambiente mediada la década de los 60 aunque su actividad la llevó a cabo fundamentalmente en tierras sevillanas.

Hizo su presentación en Huelva el 16 de mayo de 1965 actuando con el rejoneador Antonio Ignacio Vargas, Manuel Álvarez “El Bala” y Rafael Astola para lidiar utreros de García Valdecasa. El palmerino toreó con pureza a la verónica y con la muleta trazó excelentes redondos cerrando con el de pecho para seguir con suaves naturales y concluir su gran faena de media estocada que le valió para conquistar los máximos trofeos. En el otro, estuvo bien con el capote y puso de manifiesto su calidad ante un toro que presentó muchas dificultades. Volvió a matar bien y consiguió otra oreja con la consiguiente salida a hombros por la puerta grande.

Este triunfo le valió para actuar en la novillada de Colombinas junto a Pablo Gómez Terrón y Francisco Rivera “Paquirri” con ganado de Bernardino Piris. Fue en la tarde del 8 de agosto. Las condiciones del ganado dieron pocas opciones a los actuantes que tuvieron que poner casta y entrega para sacar adelante el festejo. El palmerino estuvo bien con el capote y con la muleta destacando dos series de naturales en la que puso de manifiesto su calidad y valor. Mató pronto y dio la vuelta al ruedo al no concederse la oreja solicitada. Volvió a lucirse en el otro y a mostrar valentía superando las coladas del animal, como en una ocasión que le produjo un puntazo a la altura de la rodilla derecha. Cuando mató fue ovacionado.

Su tercera y última actuación en el coso capitalino fue el 8 de septiembre actuando junto a Pablo Gómez Terrón y Antonio Muñoz “Batalla”, lidiando reses de María Luisa Domínguez y Pérez de Vargas. A su primero, con mucho gas, lo paró con artísticas verónicas. Con la muleta realizó una faena inteligente con soltura y hábiles muletazos, destacando en los redondos. Mató de una estocada y paseó una oreja, aunque los tendidos habían solicitado también la segunda. En el otro, realizó otra buena faena de muleta, pero no acertó con el acero perdiendo los trofeos que tenía ganados, siendo despedido con una fortísima ovación.

Artículo de Vicente Parra Roldán.