La siguiente actuación de Manuel Morales Quitín ante sus paisanos fue el 5 de junio de 1958 en el primer festejo de la temporada y en el que se lidiaron reses de Gerardo Ortega por parte de Quitín, Antonio Orenes “Maera” y Emilio Silvera. A su primero le realizó una faena muy artista y valiente pero no acertó a la hora de matar, escuchando muchas palmas. Sin embargo, en el otro logró una faena de dominio en la que destacaron las series de redondos que el público premió con grandes ovaciones. Dejó una estocada en todo lo alto y le fueron concedidos los máximos trofeos, saliendo de nuevo a hombros.
Este triunfo le valió repetir diez días después, el 15 de junio actuando al lado de Manuel Puga y Antonio Muñoz Batalla en la lidia de erales de Hidalgo Martín. Quitín dio unos buenos lances a su primero al que le realizó una faena a base de derechazos muy ajustados. Tras estocada y descabello, el diestro paseó el anillo. Volvió a lucirse con el capote en el otro y en un quite de frente por detrás. Faena con pases muy ceñidos para acabar de pinchazo y estocada y de nuevo sonaron las palmas para agradecerle el trabajo.
Volvió a hacer el paseíllo el 6 de julio junto a Maera y Manolo Puga con reses de Amalia y Alberto Márquez que resultaron muy difíciles y frustraron los deseos de los toreros. Por cogida de Manolo Puga el festejo quedó en un mano a mano sin que los actuantes pudieran redondear un triunfo. Quitín dio la vuelta al ruedo en uno y saludó en otro.
Nuevo parón en la trayectoria de Quitín que actuaba en los pueblos de la provincia, pero no en la capital a la que volvió el 2 de julio de 1961 para actuar en una novillada en la que se lidiaron utreros de Pablo Rincón Cañizares por parte del rejoneador Bartolomé Gaviño y los diestros Armando Suárez, Curro Montenegro y Quitín. El onubense se lució en los dos toros que le tocaron en suerte. A su primero le realizó una buena faena que tuvo acierto a la hora de matar por lo que fue premiado con una oreja y en el que cerró plaza volvió a estar muy bien pero no atinó con la espada por lo que todo quedó en aplausos.
Y hasta aquí la trayectoria taurina onubense como matador de Manuel Morales Quitín que pronto decidió dar el paso y coger las banderillas, donde realizó una buena carrera con la que se ganó la admiración y el cariño del público.
Artículo de Vicente Parra Roldán.