De Palos de la Frontera, una localidad por entonces de escasa regambre taurina, surgió a mediado de la década de los 60 un joven torero llamado Manuel Rodríguez y que adoptó el apelativo “El Palermo” en los carteles.
Su primera comparecencia en la capital fue el 27 de marzo de 1966 en un festejo de promoción en el que se lidiaron utreros de Concepción Candau por el rejoneador Francisco Jacobo Delgado, Luís Tabuenca, Rafael Romero, Paco Torres y Antonio Blanco. El Palermo toreó de capa a su novillo con quietud y vistosidad. También tuvo detalles con la muleta, especialmente cuando citó de largo para torear al natural. No tuvo suerte a matar por lo que fue avisado. En recuerdo de su faena recibió una fuerte ovación que le obligó a saludar desde el tercio.
Volvió a comparecer unos días después, el 1 de mayo y, en esta ocasión estuvo acompañado de algunos aficionados llegados de su pueblo. Actuó junto a Florencio Pérez “El Onubense”, Francisco Sanpedro “Paquili”, Enrique Jara y Santi Ortiz para lidiar erales de Tassara Buiza. Manuel Rodríguez “El Palermo” mostró sus conocimientos y estuvo con soltura tanto con el capote como con la muleta, aunque también sufrió algún que otro revolcón. Y aunque no estuvo afortunado con la espada cortó una oreja.
Tuvo una tercera actuación en la novillada de La Cinta del año 1967, haciendo el paseíllo junto a Alfredo Fernández, Antonio Alonso “Nené”, José Conquero “Panaderito”, Manuel Sanpedro “El Piri” y Paquito Santos “El Mono” con erales de Soto de la Fuente. No tuvo suerte El Palermo porque el eral se caía cada momento sin poder intentar mantenerlo en pie, cosa que solo hizo cuando le metió la espada. Quedó inédito y el público no se pronunció.
Manuel Rodríguez “El Palermo” también actuó en diversos festejos por los pueblos de nuestra provincia y ante la escases de oportunidades abandonó la profesión estableciéndose como comerciante en la Barriada de la Orden.
Artículo de Vicente Parra Roldán.
