En la Vega Larga por José Luis Trujillo del Real
Andaba cuajando Javier Zulueta el extraordinario novillo de Pereda que le deparó la fortuna en el sorteo mañanero, cuando tras un excelso cambio de mano, citó con la muleta plegada en la mano izquierda en la forma del cartucho de los Vázquez y un repeluco nos sacudió todo el cuerpo. Venían aromas de San Bernardo a la Vega Larga y empezó a hilvanarse una magnífica faena con la mano izquierda cargada de temple y llena de torería que traían recuerdos de Camas, con el novillo embistiendo al son que mandaban las yemas del novillero sevillano. La faena se puso en unos niveles sobresalientes -a pesar del desarme- y tras la estocada la plaza pidió los trofeos, entonces salió el pañuelo de Juan León para dar los dos trofeos en su despedida del palco de la Merced tras quince años ejerciendo la autoridad.
No sé si hubo lágrimas en el palco, como se las he visto el sábado por la mañana en el Rocío entre cordones y cintas verdes, o las que salen por las emociones que nos da nuestro equipo. Por eso no hay mejor manera de agradecer tantas cosas, como las palmas que sonaron, cuando ya Zulueta se iba por la Puerta Principal de la Merced a hombros de un torerillo, y por última vez Juan León abandonaba su palco.