La libertad, elemento común de la segunda jornada del XXV ciclo Los Toros.

2 JORNADAUna mesa de debate con una vista común, la libertad, libertad para decidir, libertad para elegir, libertad para mostrar tus sentimientos, libertad para soñar, libertad para expresar, libertad, libertad…

La cultura, la comunicación, la economía y la justicia, han sido las cuatro patas de un banco donde se ha enjuiciado la charla de esta segunda jornada.

Bajo la batuta de Inma León, el doctor de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona Vicente Royuela, el presidente de la Asociación Internacional de Tauromaquia William Cárdenas, el abogado Joaquín Moeckel y el periodista de Canal Sur Radio Jesús Vigorra han vertebrado los distintos aspectos del mundo del toro en la sociedad actual.

Si la economía es un puntal fundamental en torno a la fiesta de los toros, los cambios sufridos por esta en la última década por la crisis económica, ha afectado directamente a los festejos taurinos, disminuyendo progresivamente en los últimos años y por ende la influencia de los ingresos directos e indirectos en las poblaciones donde estos se celebran. Un elemento crucial según el profesor Royuela es la influencia que los turistas aportan a la fiesta y su entorno cuando se celebran estos festejos, siendo mayor el impacto cuanto mayor es la ciudad donde se celebran. Si bien nos mostraba una clara bajada del número de festejos en los últimos años, todo apunta que el nuevo repunte de la economía y la subida del PIB favorecerán el aumento de festejos y por ende la afluencia de público a estos, al tener un mayor poder adquisitivo.

William Cárdenas nos trasladaba las inquietudes y la necesidad de proteger la Tauromaquia bajo el paraguas de la Unesco, declarando a este patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pues queda claro y cristalino que la tauromaquia y la fiesta de los toros es Cultura, si bien no es menos cierto que la protección de esta no está salvaguardada.

Solo tenemos que remontarnos en una firme convicción, los toros que llevan en nuestro país siglos de existencia, fue traslado su estado y su cultura allende los mares como muestra más fiel de la cultura de nuestro país. Asentada ya en los otros países sería más que razonable que una protección como la de la Unesco, diera un respaldo sincero y necesario a la Fiesta de los Toros.

El abogado Joaquín Moeckel puso la parte jurídica a la velada, levantó aplausos y disertó algunos jocosos comentarios, pero todo ello con un denominador común, todos tenemos derechos y obligaciones, no debemos callarnos ante los ataques, los insultos y la falta de respeto. Los tribunales están para defendernos y para hacer justicia. Nos insistió en la necesidad de exigir a los poderes políticos que cumplan con sus obligaciones para con los ciudadanos, ellos están para servirnos y atender nuestras necesidades, no debemos ir a pedir limosna, sino a exigir que se cumplan las necesidades básicas de convivencia.

Como él mismo nos indicó, los ataques no son solo físicos o verbales, existen otros ataques que también dañan a la fiesta, como es la Omisión.

Pues como él mismo nos comentó, los políticos que nos gobiernan, elegidos democráticamente, están para cumplir las leyes y no para saltarlas, omitirlas o interpretarlas a su libre albedrío.

Fue Jesús Vigorra quien nos llevó por el camino de la comunicación y la importancia que esta tiene en la sociedad, como el bien nos decía, elementos que puedan perturbar, estorbar o causar impacto negativo en la sociedad, tiende a ocultarse. Son muchos los políticos, intelectuales y personalidades relevantes de la sociedad que a veces ocultan su gusto, pasión o afición a la fiesta de los toros, porque en algunos sectores, esto esté mal visto. Pero también es bien cierto que algunos de ellos se muestran sin complejos en actos, espectáculos y festejos taurinos.

Como decíamos al principio de este post, la libertad marca el impasse de todo, si bien falta un elemento común, que la unidad de todo y de todos.

Esta segunda jornada nos permitió ver en el nutrido patio de butacas a políticos de distintas corporaciones y partidos políticos que tomaron buena nota de las explicaciones del jurista Moeckel.